Feeds:
Entradas
Comentarios

Archive for 7 de abril de 2008

En el recuerdo de todos los que lo vivimos, el asesinato de Gregorio Ordóñez no fue uno más de los que, hasta entonces, venía realizando ETA. Porque su asesinato, cuando comía en un restaurante con María San Gil, en San Sebastián, inauguró lo que la propia ETA llamó doctrina de «socialización del dolor».

Hasta entonces, salvo el atentado contra Carrero Blanco, los etarras habian atentado contra miembros de las Fuerzas Armadas y agentes de la Policía y la Guardia Civil. Pero desde ése día, pensando que su chantaje sería más efectivo; empezaron a asesinar políticos, inmiscuyéndose de hecho en el devenir electoral y político español. De ésto hace ya más de trece años.

Más de trece años, que son los mismos que ha tardado el Parlamento Vasco en rendir un homenaje y descubrir una placa en memoria de éste hombre. Y, además, es desconsolador porque creo que éste gesto no es más que una nueva representación teatral, ya que tengo el convencimiento de que tanto el PNV como las demás fuerzas con responsabilidad de gobierno en el País Vasco (salvo el PP), tratarán de nuevo de negociar con los terroristas o con las formaciones políticas que los encubren.

En la Cámara de Vitoria, estuvieron presentes representantes de las formaciones políticas; pero no acudieron ni el lehendakari, ni los representantes del Gobierno vasco, salvo el consejero de Justicia, Joseba Azkarraga; ni los diputados generales, ni los alcaldes de las capitales vascas. Tampoco estuvo el secretario de los socialistas vascos, Patxi López, que a esa misma hora era proclamado candidato a lehendakari en una reunión de su partido en Bilbao.

Pero, ante todos los que asistieron a éste acto el sábado, Ana Iríbar, viuda de Gregorio Ordóñez, con el aplomo y la serenidad de quien siente lo que dice y dice lo que siente; y con la entereza de quien se sabe asistido por la razón; expresó su «más sincero desprecio» hacia el lehendakari Ibarretxe por la «deslealtad, hipocresía y cobardía con la que actúa». También acusó al PNV y al Gobierno vasco de «falta de sensibilidad, de sinceridad, de credibilidad y auténtico compromiso con las víctimas», para concluir que los homenajes a su marido sólo tendrán sentido «cuando los nacionalistas rompan con quienes encubren, alientan y participan de los objetivos políticos de ETA».

Se puede decir más alto, pero no más claro. Porque denunciar las mentiras y desenmascarar a los impostores es lo que cualquier demócrata consciente debe hacer; y es lo que ha hecho Ana Iríbar. Denunciar que ya es hora de que el lendakari y su partido elijan entre los asesinos y los demócratas. Las placas, como ha dicho Ana Iríbar, son simples pedazos de bronce sin valor cuando quien las pone pretende estar, al tiempo, con las víctimas, y con los verdugos.

Y, desde aquí, mi homenaje a ésta mujer; una más de las valientes mujeres vascas; como María San Gil, Consuelo Ordoñez, Mari Mar Blanco, Regina Otaola, Rosa Díaz o Gotzone Mora. Todas ellas heróicas, audaces y comprometidas. Añado al desprecio que la Sra. Iribar siente por el lehendakari vasco, el mío propio. Y, si alguien puede encontrar algún pero a lo dicho, sería que la viuda del Sr. Ordoñez se ha quedado corta en los adjetivos que tan despreciable personaje merece.

Read Full Post »