Los personajes de este post son completamente ficticios. Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.
Estimadas madres de España todas (bueno, y padres también, que alguno habrá):
Ayer domingo salí de fiesta. Conviene aclarar que no porque yo quisiera, sino porque me obligaron. Uno de esos eventos ineludibles conocidos como cumpleaños. El caso es que esta mañana (formal que es una) me he levantado para ir a mis prácticas de las 8 de la mañana.
Al salir al pasillo me he cruzado con mi madre. Con los ojillos pegados y las legañitas correspondientes (y es que, aunque las madres son el ser más próximo a la perfección que existe, siguen siendo humanas). Se ha cruzado la bata (código no verbal para «la que te va a caer encima»), me ha mirado fijamente y me ha dicho: «¿Es que lo que pita ahora…» Claro, yo pensando… pitar, pitar, mi despertador. Le habrá molestado que me suene a las seis y media de la mañana… pero si lleva sonando a esa hora más de mes y medio…
Pero es que la frase seguía: «es salir de fiesta hasta las tantas los domingos?» Vamos, que recapitulando, la frase completa, no os lo perdáis era: «¿Es que lo que ahora pita es salir de fiesta hasta las tantas los domingos?» Repetí la frase incrédula, para asegurarme de haberla entendido. Confirmado, no pude evitarlo, me reí a mandíbula batiente. Vamos, que me tuve que contener para no decirle: «Paz y amor, tía». Y es que seguro que con esa jerga ochentera era la chica más ye-ye de la pandi.
Vamos, que esta mañana a las 7 he salido de mi casa creyéndome Carlitos Alcántara en «Cuéntame como pasó». Y es que, no saben bien los productores de la serie la guionista que habría sido mi madre.
No me malinterpreteis, me encantan los 80. La década de «Las chicas de oro», de «Alaska», de «la movida». Gracias a vosotros, respetables adultos de hoy y a vuestros «guateques», España se hizo europea, moderna y perdió sus complejos. Vosotros fuisteis las mentes que idearon el «Lucas». Además, la música española tocó techo en los 80.
Pero seamos realistas. Los niños hoy día no juegan a la peonza: coleccionan Pokémons. Y las entrañables letras de Antonio Machín «dos gardenias para ti» sólo suenan en versión tecno. Después de haber pasado por las manos de algún DJ de la Pacha con ira asesina destructora de clásicos.
Concluyendo. La moraleja. Escribo este post, en pro de la seriedad (poca) que puedan conservar las madres españolas. ¡Nunca empleéis la jerga de cuando teníais veinte años para regañar a vuestros hijos!