En este complicado y, a la vez emocionante, proceso de seleccionar a los candidatos contra los que que se enfrentará en noviembre Barack Obama, el Partido Republicano tradicionalmente lo inicia con los caucus de Iowa y finaliza con la convención nacional del Partido Republicano, que está previsto que se celebre el próximo agosto en Tampa, Florida. Entre estos dos momentos, hay casi tantas variantes de sistemas de elección como estados que conforman el mapa estadounidense.
El sistema de «caucus» se desarolla mediante interminables asambleas en las que los electores discuten sobre la idoneidad de los candidatos. Es decir, son reuniones de vecinos y se celebran en escuelas, salones de actos o iglesias (generalmente metodistas). En Iowa se han llevado a cabo 1.784 «caucus». En cada reunión, un simpatizante tiene la oportunidad de explicar porqué cree que su candidato es el mejor y el más adecuado para las expectativas de gobierno. Este sistema implica que no todos los candidatos que se presentan puedan tener un simpatizante o un amigo que hable a su favor en todas y cada una de las asambleas. Además, que participar en un caucus exige un mayor compromiso y un mayor esfuerzo; es decir, una mayor implicación en el proceso electoral por parte del ciudadano. El interesado en votar en unos caucus tiene que desplazarse hasta el lugar indicado de reunión, tiene que participar en dicha reunión que, como mínimo tiene una duración estimada de unas 2 horas y finalmente, determinar cual es su candidato idóneo. En este caso, los electores se han decidido por Mitt Romney por un escasísimo margen de 8 votos, seguido de Rick Santorum (verdadero ganador, ya que los sondeos lo situaban en último lugar a principios de diciembre); mientras que Michele Bachmann se ha retirado por los malos resultados obtenidos.
Sin embargo, las primarias de New Hampshire que se celebrarán el próximo día 10, son unas elecciones estándar, con voto secreto y urnas. Incluso en este tipo de elecciones hay variantes, ya que hay primarias abiertas y cerradas. Las primeras son aquellas en las que los electores del estado pueden participar en las primarias de uno u otro partido, sin necesidad de estar afiliados a dicho partido. En las cerradas, por el contrario, únicamente se les permite votar a los adscritos a la formación que celebra las primarias. En New Hampshire, las primarias son de tipo cerrado, es decir, los demócratas no podrán participar en la votación.
Pero ni de Iowa ni de New Hampshire suelen salir los candidatos definitivos que ganarán la nominación del partido. De hecho, sólo tres candidatos de la historia reciente de Estados Unidos que han ganado los caucus de Iowa han conseguido llegar a la Casa Blanca: el republicano George W. Bush y los demócratas Jimmy Carter y Barack Obama. Lo que ocurre es que, dado el complicado sistema de votacion de los caucus, muy poca gente vota en Iowa (alrededor del 23% del censo), y el perfil de los votantes republicanos de Iowa suelen ser blanco, muy conservadores y en los que el votante cristiano evangélico es fundamental. En cambio, apenas hay población afroamericana o latina como ocurre en los estados más ricos o más poblados. Iowa sólo es importante por su valor simbólico: es la primera cita electoral oficial republicana y atrae mucha atención mediática.
En New Hampshire pasa algo parecido, aunque la participación es mayor (alrededor de un 60% del censo), el perfil del votante es también poco representativo de un país cada día más diverso, pues tiene poco más de un 1% de ciudadanos afroamericanos y la presencia latina también es muy escasa. Por tanto, los resultados verdaderamente predictivos empezarán a darse más adelante, como casi siempre ha ocurrido, se destacará un candidato después del 9 de marzo cuando ya hayan votado, entre otros, Ohio, Massachussets, Georgia, Oklahoma, Tennessee, Vermont, Virginia, Alaska, Dakota del Norte, Idaho y Wyoming. Pero la lucha entre moderados, conservadores cristianos y seguidores del ultraliberal Ron Paul, podría alargar la designación, produciéndose una reedición de lo ocurrido en 2008 en el campo demócrata, cuando Barack Obama y Hillary Clinton mantuvieron su pelea hasta casi el final.
Y escribiendo esto no puedo dejar de pensar en nuestras «primarias». Si, estas del PSOE con Rubalcaba y Chacón y siento una profunda trsiteza por la comparación. Pero tampoco puedo dejar de recordar esa designación de Rajoy en el Congreso de Valencia y ya sí que tengo que contener las lágrimas a duras penas. Es lo que tiene comparar.