Esta mañana he visto la patética imagen de Zapatero, sentado solo en la cumbre de la OTAN mientras otros líderes conversan entre sí o departen con Bush. Y es que las decisiones precipitadas y electoralistas se pagan; quizá no en su reelección, pero si a nivel internacional dónde nadie le toma en cuenta, o ni siquiera se dirige a él para nada.
En la rueda de prensa de Moratinos al finalizar la segunda jornada de la Cumbre de la OTAN, el ministro de Asuntos Exteriores, señaló que no estaba previsto ningún «encuentro formal» entre Zapatero y Bush y dijo que no había que darle más trascendencia al asunto. Lamentablemente, el perfil de España en ésta cumbre es tan bajo que ni siquiera Zapatero permaneció en Bucarest hasta la clausura. La cumbre la han protagonizado los presidentes de EEUU, George W. Bush, y de Rusia, Vladimir Putin, en su última cita antes de que abandonen sus cargos.
El presidente del Gobierno en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, solo ha estado presente durante dos de los tres días que ha durado la cumbre; no ha hecho ningún anuncio acerca de nuevos compromisos en Afganistán, y su encuentro con el jefe de la Casa Blanca se ha limitado a tres palabras. Patético.
Zapatero estuvo solo, sentado, durante más de diez minutos, sin hablar con ninguno de sus colegas, mientras, a unos pocos metros, ellos conversaban en animada charla, en un grupo en el que también se encontraba Bush. Allí estaban, entre otros, la canciller alemana Angela Merkel, el presidente de Ucrania, Viktor Yutchenko; el ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, el presidente afgano, Hamid Karzai, o el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, el también socialista Javier Solana. Pero Zapatero siguió allí, sentado en la mesa, a veces con los ojos cerrados, con una expresión hastiada, aburrida y fastidiada.
Desde que tomó la precipitada decisión de retirar las tropas de Iraq, nuestro presidente Zapatero ha pretendido hacerse una fotografía en actitud amistosa con George Bush. Pero Bush no está por la labor de hacerle ese regalo a Zapatero. La política exterior es el peor terreno para las improvisaciones o para el empleo egoísta de gestos. Moncloa anunció una reunión entre Bush y Zapatero, pero el resultado de la cumbre es el que muestra la fotografía: un Zapatero solo, ignorado, apartado, invisible para el resto.
Tanto nos dijeron de la fotografía de las Azores… pero ésta fotografía es muchísimo peor: ni con los poderosos del mundo ni con los débiles; con nadie. Y es que en ésta legislatura su relación con los USA no mejorará, ya sea Mac Cain, Obama o Clinton los que presidan la nación, porque la ofensa a su bandera no se olvidará tan fácilmente.
Pero, independientemente, esta foto me produce una honda tristeza. Estoy en desacuerdo con muchas de las cosas que hace y dice Zapatero, pero tengo muy claro que es el Presidente del Gobierno Español y más allá de su imagen personal, la soledad que veo en la fotografía no es la de una persona, es la de una nación: España.
Schwan
patitofeo
La Imagen Reflejada 