Ayer tuve la (santa) paciencia, de ver la intervención de Zapatero en el Congreso. Una intervención que destacó aún más su ignorancia en temas económicos y su absoluta falta de medidas para atajar la crisis que se anuncia.
Para colmo de males, los desastres no dejaban de atosigarle: expedientes de regulación de empleo de Ford y de General Motors, reducción de un turno en Seat, la aerolínea de vuelos charter Futura, en suspension de pagos, el anuncio de la Comisión Europea de que la economía española entrará en recesión en la segunda mitad de este año; y, por si quedaba alguna esperanza, la OPEP acordó un recorte de medio millón de barriles para frenar la caída del precio del petróleo.
Pero no nos engañemos, en ningún momento reconoció que tenía una mínima responsabilidad en la situación, que definía con palabras tales como «momentos difíciles». Por supuesto, la responsabilidad era de cualquiera menos suya y además seguía vendiendo aquéllo de que España está mejor preparada que los países de su entorno para afrontar estos «momentos difíciles».
La única medida que anunció fue otorgar 3.000 millones de euros para los promotores inmobiliarios. El Gobierno ayudará a las inmobiliarias a cambio de que éstas alquilen durante al menos siete años los pisos que no pueden vender (cosa que tengo la sensación de que no es más que una «ayuda de estado» encubierta y, por tanto, totalmente ilegal según las leyes comunitarias de libre competencia). Y cuando digo que ésa fue la única medida, quiero decir exactamente esto: Zapatero no fue capaz de anunciar ninguna otra. Dijo algo así como que no es partidario de improvisar medidas y se quedó tan ancho.
Escasa y pobre aportación para lo que, al menos yo, ilusa de mí, esperaba. El «dar la cara» de Zapatero despierta muy poca confianza, por no decir ninguna. Por dos razones, por lo dura y porque se dedicó a partírsela a quiénes ponían en duda la capacidad de su gabinete para afrontar este «estancamiento económico», con un Solbes de infausto recuerdo en similares condiciones, a la cabeza de los temas económicos.
A mí lo que verdaderamente me asusta es la resignación de Zapatero ante la crisis; una resignación que bien podría ser irreflexión, frivolidad o insustancial conformismo cuando el propio presidente se dedicó a poner en duda las advertencias de Bruselas y el peligro de recesión.
Ante ésto, nada más iniciarse la intervención de Rajoy, éste le espetó un irónico y acertado «¿A qué ha venido usted hoy aquí?»; y, seguidamente, le acusó de haber engañado a los ciudadanos al ocultar la crisis durante toda la campaña electoral y haberla intentado paliar con medidas absurdas como la de los 400 € que no han servido para nada.
Es decir, que si la intención de Zapatero con la comparecencia era infundir confianza a los ciudadanos y dar alguna seguridad a los mercados; el fracaso del presidente fue estrepitoso. No dio respuesta a ningún interrogante, no fue capaz de explicar el déficit de las cuentas públicas y no fue capaz de mostrar una puerta de salida para una crisis que amenaza con transformarse en descomunal ante su irresponsable inacción.
Lo de ayer de Zapatero en el Congreso fue el colmo de la burla a los ciudadanos. Menudo cabreo que me provocó lo del regalito de 3.000 millones de euros a los que se han hecho millonarios especulando con la vivienda… ¿Y éstos se dicen defensores de los humildes? Juas.
¿No decía que ni un duro para los que se forraron especulando?. Z desbarra mucho últimamente, va a tener un final digno de verse, despedazado por sus propios correligionarios… Espero verlo en primera fila.
No tuve la santa paciencia de verlo entero, y menos en el formato este que contesta a todos a la vez y por lo tanto sus discursos son más largos… pero lo único que me quedó claro con lo que le escuché es que él (Zapatero) es el único que no tiene la culpa de lo que está pasando.
Lo ofensivo es que este villano, y como argumento electoral, mintió de forma casi delictiva para asegurar que en marzo ya todo estaría pasado. Si será miserable y pérfido el presidente más inepto que hayamos conocido.
Cada día está más claro que este visonario está en fase de putrefacción avanzado.Es un irresponsable cuya única ambición es el poder y llevar a cabo todos sus caprichos.El pueblo cada día más pobre llena el circo y se contenta con el pan que les arroja su guardia pretoriana ( medios de comunicación y otros poderes comprados).
Pero hasta cuando??????