Sí, ha ocurrido, parecía increible. Pero es cierto. Nuestro querido Mc Donald’s de la calle Recogidas ha cerrado sus puertas definitivamente. Y el desconsuelo es general.
Hace ya algunas semanas comenzaron obras en los bajos. Creimos que se trataría de una renovación o algo similar. Pero en realidad observábamos la clausura de uno de los negocios que marcó nuestra infancia. ¿Cuantos de nosotros no hemos celebrado algún cumpleaños en la emblemática hamburguesería? Tobogan abajo, y comiendo hasta la saciedad insanas patatas fritas. Nos regalaban hasta una camiseta y todo. Y van y nos cierran ¡No se puede jugar así con los sentimientos de la clientela!
Típicamente una entraba a Mc Donald’s a por su hamburguesa de un euro, para después colarla en los multicines más próximos y disfrutar del jugoso manjar al ritmo de una pelea de Matrix.
Recuerdo las guerras con bolsitas de ketchup que se desataban sin previo aviso.
Incluso los muchachos de la caja eran agradables. Aunque no muy agraciados físicamente. Recuerdo que podías llegar contando preocupadamente tus ahorros del día y comentando que te faltaban varios céntimos para tu heladito. Entonces el caballero andante del otro lado de la mesa te regalaba desinteresadamente tu capricho helado.
O los fines de semana que nuestros padres desaparecían de casa y recurríamos a la hamburguesa. Siempre estaba allí, esperando ser devorada. Incluso, hacia el final de los días inventaron una hamburguesa el doble de grande: la Big Big Mac. ¿Como resistirse? La carne es débil.
En fin. Se han ido. Y en el local se ha montado una tienda de ropa. De ese tipo de tienda que te vende cuerpos esculturales y frente a la que no puedes pasar sin sentirte culpable por haber comido demasiado. Injusto mundo de la imagen… El encanto está en el interior. Allí donde va a parar una deliciosa hamburguesa de dos pisos con tomate, lechuga y queso.
Aún nos queda un Burguer King. Pero nunca será lo mismo. Sin toboganes para los enanos. Y sin regalitos de caballeros andantes. Además de que una Cheese Burguer nunca llegará ni a los talones de una Big Mac. No se si podré ver a mis hijos crecer en un barrio sin Mc Donald’s. Mundo cruel…
‘Nuestro querido Mc Donald’s de la calle Recogidas ha cerrado sus puertas definitivamente’
…y los michelines y pistoleras quedan huérfanas…
¿Quién las alimentará a partir de hoy?
xD
¿No ves que terrible desamparo? 😛
Prueba como alternativa el pulpiño a la galleeega. Está riquísimo. 😉
«No se si podré ver a mis hijos crecer en un barrio sin Mc Donald’s»
Hombre, puestos asi, lo mejor es que busques vivienda en otro barrio que tenga Mc Donald’s.
Y, de paso, dejas de dar la tabarra a tus padres, abandonados con sólo dos Burguer King en el barrio 😛
¿Que ganas teneis de que me vaya de casa? A las muy malas, si me desespero, escapo en coche hasta el Mc Donald’s más cercano. La mudanza es inecesaria 🙂
Jajajaja…si tengo fuentes fidedignas que me han informado de que el coche también es «familiar».
Si te quitan el coche, te quedas sin hamburguesa.
Va a ser que tendrás que pensar en la mudanza sin remedio
No creo yo que haya mucho trauma por carecer de hamburgueserias…..
Mejor las hamburguesas caseras,vas a la carniceria ,le dices al carnicero de confianza que te pique carne de ternera y cerdo(trespartes de ternera por una de cerdo) y verás lo pronto que se te olvidan las hamburguesas estadounidenses.
Tienes toda la razón, alex-, pero como sé que en poquito andarás por esos lares; acuerdate de pedir una hamburguesa en cualquier Mc Donalds de Manhattan.
Tienen un sabor diferente. El american way of life de primera mano 😉